En la carta astral las relaciones angulares entre planetas son indicadores fuertes de la personalidad y más aún cuando se trata de los luminares.
La cuadratura es un aspecto tenso y cuando se trata de la luna y el sol expresa contraste y lucha entre el ego y las emociones dificultando a veces la manera de expresar y reconocer sus sentimientos.
Tensión interna porque el YO, la identidad y voluntad no están en equilibrio con los patrones de instintos, hábitos y sentimientos.
Toda esta inestabilidad interna vuelve a la persona reactiva impidiéndole manifestar a otros con claridad aquello que desean y necesitan. Esa misma tensión interna puede y generalmente desencadena en problemas de salud.
Se instala la idea de que nunca alcanza el conocimiento o entrenamiento necesario para concretar sus deseos. El hecho de tener que luchar tenazmente por sus objetivos donde a otros les cuesta menos esfuerzo les deja un estado de resentimiento difícil de manejar.
Personalidad poco sociable o antipática que puede afectar o dificultar las relaciones familiares, profesionales y amorosas.
La gran lección de vida con este emplazamiento es la de aprender a controlar las emociones y no permitir que estas te controlen a ti.
Con el tiempo y luego de aprender que a veces no se puede hacer todo lo que uno quisiera se consigue una excelente capacidad de tolerancia frente a las frustraciones y éstas se vuelven nada más que mal sabores que son sorteados con aceptación.