Sin duda alguna, el alcance del poder de nuestra mente es uno de los temas que más a dado de que hablar en la historia del hombre, y más particularmente en esta nueva era. La ciencia se impresiona cada vez más de lo que nuestro inconsciente es capaz de lograr. Sin duda alguna, nuestra mente es un inmenso baúl de secretos y misterior, que solo muy pocos llegamos a abrir del todo.
En el artículo anterior, estuvimos hablando del poder psíquico que cada uno de nosotros lleva dentro de sí. Todos nosotros tenemos la capacidad de desarrollar nuestra mente hasta tal punto, que podamos incluso percibir aspectos y situaciones ajenos al mundo real y presente.
A continuación, te diremos cuales son algunas prácticas para que puedas desarrollar y potenciar al máximo tus capacidades psíquicas.
- Medita: la meditación aumenta la concentración de nuestra mente, logrando así que esta se libere de preocupaciones y pensamientos cotidianos y recurrentes, para pasar a centrarse en aspectos y pensamientos mucho más profundos. Además, esta concentración permite que nuestros sentidos estén más alerta a todo lo que sucede en nuestro interior y exterior.
- Sé consciente de lo que te rodea: este es un ejercicio sumamente efectivo a la hora de desarrollar tus habilidades psíquicas. En cualquier momento del día, cierra tus ojos y concéntrate en todo lo que hay a tu alrededor, e intenta describir en tu mente cada detalle de todo ello.
- Presta atención a tu interior: en muchas ocasiones, solemos recibir señales desde nuestro interior, las cuales no percibimos por estar demasiado aturdidos en nuestro exterior. Intenta prestar siempre atención a esos pensamientos y emociones que suelen presentarse de manera repentina dentro de ti, la mayoría de las veces suelen significar algo relevante.
- Ejercita tu mente: los ejercicios de estimulación cognitiva, como lo pueden ser los crucigramas o bien algún juego de lógica como el ajedréz, suelen ser ideales para potenciar las habilidades de nuestra mente.
- Presta atención a las personas que te rodean: observa silenciosamente los gestos, las actitudes y todos los detalles en las personas que te rodean. Esta es una manera sumamente efectiva, para que tu mente comience a entender las actitudes y decisiones de los otros. Con este ejercicio, podrás lograr incluso, saber lo que piensa una persona antes de que lo diga.