La entrada del Sol en Aries viene acompañada de un nuevo año astrológico, así cada vez que el Sol hace su ingreso en el signo del carnero da inicio a una nueva vuelta por la rueda zodiacal.
Es por esto que el signo de Aries cuenta con una cualidad pionera y es amante de iniciar cosas, como también de motivar a otras personas a hacerlo.
Un nuevo año astrológico nos ofrece la apertura de un umbral energético poderoso para despojarnos del equipaje del pasado e iniciar un nuevo ciclo con aires renovados. Se trata de una hoja en blanco donde reescribir nuestra historia.
En astrología usamos el movimiento del Sol y su estancia en cada signo para trabajar diferentes zonas de nuestra carta natal base, e integrar las energías de cada signo para trabajar nuestros procesos aprovechando y haciéndonos conscientes de la energía cósmica disponible.
Hablemos de los aspectos astrológicos que rodean a este Sol Ariano y su mensaje.
Sol entrando en el primer grado de Aries se encuentra en Trino a la Luna en Escorpio, la cual se encuentra en conjunción a Saturno retro en el mismo signo, podemos entender esto como un momento más que propicio para llenarnos de aceptación y ejercitar una introspección que nos permita tomar consciencia de aquello que hoy ya no nos hace bien, patrones de conducta y escalas de valores que nada tienen que ver con lo que deseamos o con el camino que deseamos emprender. Hacernos conscientes de la oscuridad es la manera de acercarnos a una mayor capacidad de luz.
Otro trino del Sol se da con Lilith, la luna negra, esta feminidad oscura se encuentra en el signo de Leo y por ejercer un aspecto favorable, su mensaje universal refuerza la energía de la Luna Escorpiana expresando la necesidad de romper el cascarón y transformarnos en un individuo que se asemeje más a nosotros mismos.
Otro planeta a tener en cuenta es Marte, regente de Aries, que se encuentra retro en Libra, signo diametralmente opuesto a Aries, y aunque así lo sea, ambos son complementarios por lo que ésta posición hace un eco en la necesidad de ver más allá de la realidad fragmentada, entendiendo que YO no soy nada sin el OTRO, y que la idea de separatividad es tan solo una fantasía, todos y cada uno de los seres formamos una poderosa unidad con el próspero poder del universo.